Qué pena que algunos hayan mezclado los toros con la política, es una cuestión tan delicada que debe estar despojada de todo para mostrarse en su enorme dimensión de brutalidad. No solo por el hecho de la tortura, que por sí misma ya es atroz, sino por la desviación morbosa de quienes disfrutan al verla. Y piden más. Y la justifican. Y después van declarando su amor a los perros y gatos. Yo no viviré para ver cada cosa en su lugar, pero ojalá vosotros, los más jóvenes, logréis ordenar este mundo tan confundido. Puedes contar conmigo: protesto y esta semana, como todas las otras, no asistiré a las corridas de toros. Antes que amor, los animales necesitan respeto. Un abrazo.
Qué pena que algunos hayan mezclado los toros con la política, es una cuestión tan delicada que debe estar despojada de todo para mostrarse en su enorme dimensión de brutalidad. No solo por el hecho de la tortura, que por sí misma ya es atroz, sino por la desviación morbosa de quienes disfrutan al verla. Y piden más. Y la justifican. Y después van declarando su amor a los perros y gatos.
ResponderEliminarYo no viviré para ver cada cosa en su lugar, pero ojalá vosotros, los más jóvenes, logréis ordenar este mundo tan confundido.
Puedes contar conmigo: protesto y esta semana, como todas las otras, no asistiré a las corridas de toros.
Antes que amor, los animales necesitan respeto.
Un abrazo.