sábado, 27 de noviembre de 2010

Cuba: la revolución olvidó el medioambiente

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Isabel Hilton

Mucha revolución, pero el aspecto eco se ha quedado en el tintero.

Traducimos artículo de una editora del prestigioso periódico británico The Guardian, testigo de lo que los turistas no siempre ven.

Si conduces a lo largo de la carretera costera de Cuba al pasar Bahía de Cochinos en primavera o a comienzos del verano, te arriesgas a ser testigo de un panorama desolador: un trozo de carretera, de aproximadamente 30 km de largo, moquetado con una gruesa capa de cangrejos aplastados.

El cangrejo rojo de Cuba ha evolucionado para vivir en los bosques tropicales, pero cada año, las hembras vuelven al mar para incubar. Durante miles y miles de años, esto no supuso ningún problema, pero los planificadores del transporte en Cuba construyeron una carretera que atravesaba su ruta de migración para la cría.

Mientras conducía sobre la crujiente capa de cangrejo hembra reventado, comencé a sospechar que las evaluaciones de impacto medioambiental no interesan mucho en los procesos de planificación cubanos. Las noticias recientes sobre la posibilidad de ampliar el número de campos de golf en la isla sugiere que no ha cambiado mucho al respecto. El Ministerio de Turismo ha estado presionando durante años para rehabilitar el golf para el turista extranjero, para darle una razón para quedarse y gastar. Ahora parece que están a punto de construirse varios complejos hoteleros que incluyen nuevos campos de golf.

Este tipo de instalaciones le son totalmente extrañas al pueblo cubano, que ve cómo las mejores playas pertenecen al turismo extranjero, puesto que tienen vetado el paso los complejos hoteleros a no ser que trabajen como camareros u otro tipo de empleados. 50 años después de la revolución, no ha cambiado nada.

Solo una cosa: hace cincuenta años, los recursos hídricos de la isla eran más abundantes y más fiables. El mes pasado el gobierno admitió que casi el 705 de la isla sufre de una sequía que comenzó en 2008 y que ha causado que las reservas de agua potable se queden en la mitad. Un campo de golf es una instalación ya de por sí exclusiva, pero que en este aso amenaza con consumir recursos naturales que ya son escasos. Esta vez, no son sólo los cangrejos los que pueden sufrir de la indiferencia medioambiental en Cuba.

Fuente: The Guardian

Ni el pasado ha muerto ni está el mañana, ni el ayer escrito. Antonio Machado

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