El sur de Chile, con sus fiordos y sus picos zanjados por los glaciares, todavía es uno de los lugares más silvestres de la Tierra.
Ningún lugar del planeta está en reposo. Sólo el tiempo, inimaginables lapsos que le ocultan al ojo humano la dinámica de las fuerzas naturales que conforman la Tierra, crea la ilusión de quietud. Sin embargo, a veces, si se tiene suerte, se llega a un lugar en el que el tiempo parece comprimirse, donde se puede sentir en los huesos lo cinética que es, incluso, la geología…
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