La Misión Revolución Energética anunció en 2008 la sustitución de casi 53 millones de bombillos en el país por los publicitados gubernamentalmente ‘ahorradores'; se trata de bombillos de luz blanca, cuyo consumo de energía es inferior al de la bombilla regular.
Pero el ahorro parece no reflejarse en un momento de crisis energética, que obliga al Gobierno a racionar la electricidad en todo el territorio, y mucho menos en el bolsillo de los venezolanos. Sin embargo, la telefónica que maneja el Ejecutivo promociona el uso de éstos.
El sueldo básico en Venezuela se ubica en Bs.F. 967; el promedio diario es de 32,23, monto aproximado del costo de un buen bombillo ahorrador. Una casa ‘regular' puede contar con un mínimo de 10 lámparas, que se traducen en la inversión de casi una quincena.
Comprar los bombillos ahorradores es muy caro; para muchos es más fácil comprar uno normal que cuesta sólo Bs.F. 5 y queda dinero para la compra de la leche de los muchachos y otras necesidades. Si el Gobierno quiere que ahorremos, lo mejor sería eliminar la producción de bombillos incandescentes y estimular a los fabricantes para que produzcan los ahorradores.
Sin embargo, algunos creen que es beneficioso utilizarlos, pues pese a su alto costo creen que duran más y consumen menos, lo que se reflejaría en la factura mensual.
Cifras oficiales indican que los bombillos ahorradores rebajan en 15% el consumo eléctrico familiar, lo que equivale en preservación del nivel del Embalse Guri en 2,5 metros al año. También señala la Misión Energética que su duración es ocho veces mayor a la de un foco común, aunque muchos no creen esta versión.
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